La definición de bilingüismo que da la RAE es una persona que “habla dos lenguas”. Según los académicos es una forma muy simplista de explicar este concepto
Para algunos el bilingüismo implica el dominio de un idioma como si fueras un nativo. Para otros, quiere decir que una persona es capaz de comunicarse en una lengua distinta de la materna.
En nuestra opinión ser bilingüe, estaría en un espacio intermedio. Alguien que puede comunicarse indistintamente en su idioma materno y en una lengua extranjera sin dificultad. Pudiendo intercambiarlos en cualquier situación.
Es difícil saber en qué momento has pasado de conocer un idioma a dominarlo. Lo que sí tenemos claro, es que para alcanzar este nivel es muy recomendable haber comenzado con un aprendizaje temprano de la lengua.
¿Quieres saber si realmente eres bilingüe? Con estos trucos podrás valorar si has llegado a ese nivel.
1. Soñar en otro idioma
Hay quienes consideran que se domina una lengua cuando se empieza a soñar en dicho idioma.
Esto puede adquirir ciertos matices. Podría ser que hables español con todos tus compañeros menos con uno de intercambio.
Si has soñado con esa persona, lo más normal es que vuestras conversaciones dentro del mundo onírico sean en esa otra lengua.
Esto en verdad no te convierte en bilingüe. En el sueño estás asociando ideas, en este caso esa lengua extranjera con ese interlocutor.
Sin embargo, si todos tus sueños están basados en el otro idioma, esto puede querer decir que tu mente es capaz de asimilar e interiorizar todo el vocabulario.
2. Expresar emociones
Eres bilingüe si puedes hablar sobre tus emociones y sentimientos en una lengua diferente a la materna.
¿A qué se debe? A que la lengua nativa se ha aprendido en familia. Y el segundo idioma suele aprenderse en un contexto académico.
Dos ámbitos muy distintos de aprendizaje. Tu dominio de un idioma será real cuando la distancia entre ambos se diluye.
Si has llegado al punto de expresar sin dificultad tus sentimientos en una segunda lengua, ya eres bilingüe.
3. Decir insultos
No queremos ponernos zafios con este asunto. Pero si hay un rasgo que implique un dominio del idioma son los insultos.
Lo más natural y cómodo es insultar en la lengua nativa, ya es que la que conocemos desde la niñez.
Si utilizas otro idioma es habitual tener la sensación de que las palabras no están resultando tan dañinas.
Por ello, se suele recurrir a la lengua patria para causar un golpe de efecto aunque estés manteniendo una conversación en otro idioma.
Pero si has insultado en otra lengua de forma inconsciente, estás de enhorabuena: dominas ese idioma.
4. Pensar en otra lengua
Un claro indicador de que vas camino del bilingüismo son tus pensamientos. Lo natural es que tu mente piense en su lengua nativa.
¿Te estás percatando de que imaginas cada vez más cosas en tu segundo idioma? ¿Piensas más a menudo en inglés de lo que creías?
Vas muy bien encaminado hacia el dominio de una segunda lengua extranjera.
5. ¿Olvidas palabras de tu lengua nativa?
La realidad es que si has empezado a olvidar rasgos de tu idioma materno, es que estás muy cerca de dominar dos idiomas.
Hay que tomarlo como un paso natural hacia el bilingüismo. No debes considerar que aprender un idioma, suponga perder el otro.
Lo que ocurre es que en este proceso las palabras que más emplees en tu segundo idioma, se entremezclarán con las de tu idioma materno.
Y esto no supone en absoluto dejar de lado tu lengua de origen. Es más, si hablas español, ten en cuenta que es uno de los idiomas más hablados del mundo.
Si todavía estás en ese punto en el que eres capaz de comprender una conversación al 100%, pero te falla la comprensión de los componentes culturales…
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